jueves, 12 de septiembre de 2013

Astrofísica

Después de años y años con ese deseo en la cabeza, no me puedo creer que esté ya tan cerca. 
"¿Qué quieres ser de mayor?" "Astrofísica". La gente ya estaba aburrida de que me hiciesen esa pregunta, y estoy segura de que algunos imitaban mi particular forma de hablar cuando respondía.

Por supuesto, antes de llegar a astrofísica, hay que pasarse unos añitos en la universidad. Pero si me creo eso que todo el mundo dice de que allí pasaron los mejores años de su vida, la espera no puede ser tan terrible.
¿Problema? Mi asocialidad es un mal reconocido por muchos. Si a esa dificultad que tengo para relacionarme con la gente le sumamos que estoy en una ciudad desconocida de un país desconocido, el resultado no puede ser demasiado bueno.


Algunos dicen que soy muy valiente por venir a Francia. No es tanta la valentía si se tiene en cuenta que se supone que el nivel de francés que he conseguido entre la ESO bilingüe y el "bachibac" es supuestamente suficiente para desenvolverme en esta lengua sin dificultad. Lo que me impulsó a venir a Toulouse en concreto fue su mundial fama de ciudad del espacio. El talento y la dedicación no siempre son suficientes para conseguir tus objetivos. Y estando España en la crisis en la que está, aunque sacase las mejores notas de mi promoción, no tendría ningún sitio al que ir al acabar la carrera. Aquí se puede tener contacto con el mundo del espacio incluso antes de acabar los estudios, por lo que después todavía más.
Así que, ¡fuga de cerebros! (esperemos que el mío se fugue junto con el resto del cuerpo)

Y aquí estoy. Ya llevo una semana y media en un piso francés que comparto con una kosovar asentada en Francia desde hace trece años, un marroquí recién llegado y un francés de pura cepa (o eso creo yo, porque habla entre dientes (o mofletes) y no entiendo lo que dice las pocas veces que abre la boca).
La verdad es que los compañeros de piso parecen majos, y no creo que cueste mucho vivir con ellos durante todo el curso, excepto por el olor que desprende uno de ellos y del que prefiero no hacer metáfora.

Estas semanas no han sido más que de trámites. Que si abrir una cuenta bancaria, que si pedir una ayuda de vivienda, que si hacerme una tarjeta de transporte, que si pedir tarjeta SIM, etc. Total: más gastos en una semana que lo que tenía asignado para todo el mes. Por suerte, los gastos iniciales son los más duros.

El comienzo de las clases estaba anunciado para el 9 de septiembre, pero lo único que hemos hecho de momento ha sido asistir a un par de reuniones en las que nos han presentado la universidad Paul Sabatier (por si no se entiende, es la mía) desde nuestra propia silla y sus actividades deportivas, culturales y de inserción del alumnado en la universidad y en el mundo del trabajo.
Procederé a contaros cómo fueron estas reuniones:
En total, hay 350 alumnos que empiezan este curso la universidad en el conjunto de ciencias (exceptuando de la salud) e ingeniería, así que nos separaron en cuatro grupos distintos y en dos horarios distintos, ocupando así cada grupo uno de los dos anfiteatros que habían asignado a las "réunions d'accueil". Y para ahorrar tiempo, mientras que en uno de los anfiteatros daban una charla presencial, los pobres marginados del otro anfiteatro tuvieron que conformarse con una mísera videoconferencia y un micrófono cutre por el que no se entendía nada. Y adivinad por qué sé que no se entendía nada. 
Por suerte, gracias a mi buen sentido de la puntualidad, conseguí meterme en el anfiteatro en que hablaban en directo porque pensaban que la gente que faltaba a la hora a la que debía empezar la charla lo hacía porque no pensaba asistir (Yo siempre he pensado que los puntuales dominaremos el mundo al menos en esta vida, y quién sabe si en la otra también).
Y sí, he descubierto que los anfiteatros son muy parecidos a los de las películas americanas: filas y filas de mesas puestas a distintas alturas enfrente de la pizarra para que todos vean al que está hablando, por lo que no se ajustan al significado de anfiteatro, que es redondo y no semicircular (en realidad los anfiteatros de mi universidad son rectangulares).
Me acabo de dar cuenta de que no había tantas cosas que contar de estas reuniones. Lo último que me queda decir es que en cada una de esas reuniones me senté con una persona distinta, y de ellas solo parece que pueda conocer mejor a una de ellas, que también va a estudiar física. Pero ya tenía amigas, por lo que va a ser mucho más difícil trabar amistad.

También usé el restaurante universitario entre dos de las reuniones. Mucha, mucha gente. Mucha, mucha cola. Mucha, mucha comida distinta. Y muy pocas formas de llevar una dieta equilibrada. Total, que no comí ni fruta ni verdura esa vez, pero sí pasta, filete empanado, patatas fritas con ketchup y un bollo relleno de crema (para guardar la línea). Pero, sin duda, lo peor de todo fue que, aún estando rodeada de gente, estaba sola. 

Por hoy es todo lo que os puedo contar, pero no dudéis que os iré poniendo al día en esta recién comenzada vida de universitaria. À bientôt!

PD: podría haber dividido esto en dos entradas distintas, pero la vaguería es más fuerte que yo, y en raras ocasiones logro vencerla.






3 comentarios:

  1. Hola sepi!!!
    Punto número uno... Pon botón de seguidores... para mí es mucho más fácil!!! =)

    Veo que no se diferencia tanto de la Universidad española (en realidad... mismamente en España cada universidad es un mundo) Por desgracia lo de los anfiteatros es verdad. Echarás de menos muy pronto las meses de los institutos... jaja

    Muy bien, sepi, sigue contando que así me entero... =)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No puedo poner yo el botón de seguidores, porque como no he creado yo el blog, no lo puedo editar...
      Así que, encargada, pon el botón de seguidores!!

      Eliminar
    2. Muchas gracias.. a ver si lo ponen!!! :p Y a ver si escriben las otras escribientes!!!! :p Que me quiero enterar de todo... y no saciáis mi necesidad

      Eliminar